Hace dos días se repartieron las últimas direcciones IP que quedaban. En unos meses, las reservas de los operadores empezarán a agotarse. Y en un año, si no se ha empezado la transición a un nuevo protocolo, internet comenzará a estancarse. Aunque las grandes de internet, las administraciones públicas y telecos dicen estar preparadas, los expertos lo dudan.
El jueves, la IANA (la autoridad que controla las direcciones IP que identifican a cada máquina en la red) repartió los últimos cinco lotes a los registradores regionales. Al RIPE, que abarca Europa, Asia central y Oriente Medio, le tocaron unos 16 millones de direcciones IPv4; es decir, de la versión actual. Este organismo las redistribuye después a los operadores. Cuando estas se agoten (en el mejor de los casos, a comienzos de 2012), cada nueva página, cada nueva conexión a internet o cada móvil tendrá que usar la nueva numeración que provee el protocolo IPv6 MAS DETALLES