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Las fotos de los transexuales en la cárcel El Rodeo, y lo que le hacen los presos

10 junio, 2015
Cortesía Cronica Uno

Karla, joven transexual de 25 años, desde hace casi dos años está recluida en el Rodeo I acusada de homicidio en grado de complicidad.

Pasó primero por la cárcel de Uribana, en Lara, donde la encerraron en una celda junto con otros 22 homosexuales a quienes el resto de los presos amenazaba con matar.

Luego la llevaron a Tocorón -en Valencia- y por último le fijaron como sitio de reclusión el Rodeo I, donde los reos no han abusado de ella sexualmente, pero sí la humillan y maltratan cada vez que pueden, contó el portal Crónica-uno.

“Me dicen que me comporte como hombre, que me vista de varón y no me dejan que me les acerque mucho, ni por equivocación. Es una violencia verbal y psicológica constantemente”.

En el área donde está hay otra compañera de oficio llamada Wanda. “Es más vieja aquí, entre las dos nos cuidamos. Pero no es fácil. Me rapan la cabeza y me obligan a esconder mi cuerpo. Invertí en las operaciones casi 300 mil bolívares y aquí lo estoy perdiendo todo. Incluso no me dejan usar las hormonas para mantener la voluptuosidad de los glúteos y senos, evitar el exceso de vellos, y para que la piel se vea hidratada”.

Cuando Karla estaba en Uribana, en una de las visitas que hizo la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, le pidió que las reasignaran a un espacio especial y que les permitieran pasar las hormonas.

“Todavía estamos esperando y mientras tanto nos mezclan con los hombres, y si nos mandan a desnudar delante de ellos tengo que hacerlo. Eso es horrible. Afortunadamente desde que está este nuevo régimen penitenciario no hay violaciones físicas. Pero si no acatamos las normas nos metemos en problemas”.

Humberto Prado, director del Observatorio Venezolano de Prisiones, dijo que pese a las luchas de las organizaciones que velan por los derechos de los homosexuales, no hay  avances en la materia. “No se sabe una cifra exacta de cuántos Lgtbi hay privados de libertad. Además estas personas son obligadas a lavar, a planchar y a limpiar las celdas a los demás presos y a hacer cosas denigrantes. Hay unos que incluso esconden su condición por miedo”.