Fuentes de la investigación de la masacre de Macaracuay, en la que fueron degollados Teresa Morales, de 73 años, su esposo Luis Morales, de 72, y sus nietos Alejandro, de 16 y Andrea, de 14, realizan pruebas toxicológicas a las víctimas para investigar si consumieron algún sedante, como sospechan ocurrió.
Los análisis también se le practican a Luis Alberto Morales, para descartar otra hipótesis: que éste haya consumido un químico, al parecer, un solvente de pintura.
Informan que los primeros indicios señalan que las víctimas habrían sido sedadas con un anestésico que fue disuelto en una bebida. El análisis de la escena revela que solo el joven opuso resistencia al ataque.
Todas los cuartos están en el primer piso de la casa. Los padres de Luis dormían cada uno en una habitación. El primero en morir fue don Luis, luego vino su esposa, Teresa, siguió el joven de 16 años, quien habría luchado. Luis Alberto tiene heridas en los brazos, que creen se las hizo al enfrentarse con el joven. La última fue la niña. La única sobreviviente fue una chica de 15 años, hija de la actual compañera de Morales.
La mañana de este martes, los familiares de las víctimas, entre ellos un cuñado de Luis Alberto, asistieron a la morgue de Bello Monte para retirar los cuerpos. Ellos no creen en la versión policial, pues dicen que Luis, de 52 años, no sería capaz de este crimen. Para ellos, alguien entró y los atacó. Además, se preguntan por qué, si Luis se atacó a si mismo, no hay sangre entre las habitaciones y el baño del cuarto de servicio donde lo hallaron. Pero según las investigaciones no hubo gritos en la casa, ni las puertas fueron forzadas y existe la posibilidad de que él mismo bajara al baño antes de lastimarse. EL UNIVERSAL