Continúo a la espera de obtener una respuesta a las solicitudes que he enviado. Se indica que no se envíen de nuevo, pero en verdad me urge una respuesta, por favor, a quien lea estas cortas palabras le pido de corazón, con la desesperación de un padre de familia, que a pesar de su tercera edad, 64 años, soy cabeza de familia y poseo obligaciones con mi mujer y mis hijos, que en los actuales momentos no puedo cumplir, a pesar de tener toda la voluntad de trabajar y salir adelante. Como ya he indicado en anteriores comentarios y notas enviadas por esta vía, estoy pasando hambre junto a mi familia. Que difícil es estar esperando que nos llegue la bolsa o caja CLAP para poder comernos una arepita sola con agua, porque no tenemos mas nada; a veces nos cuesta para completar el dinero para poder pagarla. No tengo internet, ni siquiera teléfono CANTV pues desde hace varios años se robaron los cables y nos dejaron incomunicados a todos los vecinos de Valle Escondido, donde resido, Puerto Ayacucho. Entonces lo que para muchos es algo normal y hasta un pasatiempo natural el conectarse a la red y revisar su correo o enviar un email, para mi es toda una odisea, pues requiere el que salga de mi sector con mi tableta que gracias a Dios me otorgo el gobierno Nacional hace tres años cuando cursaba Gestión Ambiental en la Misión Sucre, pero que no pude continuar debido a mis limitaciones económicas. Debo salir sin reales para el transporte, esperando poder conseguir un autobús de transamazonas del gobierno nacional que ahí disfruto del no pago por derecho o beneficio por mi edad. Con mis zapatos rotos, y las medias mojadas por el agua de la calle. Aun así continúo firme como revolucionario, dispuesto a seguir en esta lucha sin cuartel. Señor presidente, deseo que usted pueda leer estas lineas, y pueda dispensarle una ayuda a este humilde conductor que requiere de su apoyo para poder salir de esta situación de miseria en la que me encuentro. Deseo prestarle igualmente un servicio a la comunidad donde vivo con el vehículo que se me asigne; aquí se le puede preguntar a la mayoría de la población si conocen de mi proceder solidario para con ellos, en todas las ocasiones que así me ha sido requerido. Es necesario que se revise con que criterio se han entregados los vehículos taxi, al menos aquí en Puerto Ayacucho, porque en realidad que no están prestando el servicio público para el cual se les adjudicó; para esto solo basta con entrevistar al azar un número de personas en cualquier avenida de la ciudad. Por circunstancias de la vida me tocó desempeñar el oficio de conductor de taxi, lo cual he desempeñado con ahínco y visión social, pues se de las dificultades que muchas veces tiene nuestro pueblo para poder cancelar dicho servicio. Lo se y lo he vivido en carne propia pues soy uno más de ellos, con todos sus problemas. Por favor me urge obtener una respuesta. Recuerden que no tengo como cubrir mis necesidades de alimento y las de mi familia. Espero respuesta por el correo electrónico [email protected] o por los celulares 0416-3761068 mio, o 0426-9458331 de mi esposa.