Entiendo por indiferencia la escasa capacidad para percibir las necesidades de los demás, en este caso los votantes bajo la férula del Consejo Nacional Electoral, cuya falta de contacto con la realidad ubica a sus integrantes en un país sin deslaves ni inundaciones.
Antiguamente, nuestras autoridades electorales se las ingeniaban para cobrar quince y último cada mes durante los cinco años que mediaban entre uno y otro acto comicial, cuando se elegía de un solo cipotazo al Presidente, legisladores nacionales, diputados estadales y, de ñapa, los concejales de todo el país. Por cierto, hubo casos en que algún caballero cobraba completo durante cuatro años y, al aproximarse la época de votar, renunciaba por cualquier motivo o, mejor aún, solicitaba una embajada como premio a sus desvelos.
Por fortuna, no es esa la tónica del actual CNE, al que le ha tocado organizar el mayor número de elecciones con participación masiva en la historia nacional. Sin embargo, tanto va el cántaro al agua…
Al terminar la jornada del 26-S para elegir diputados nacionales, lo sensato era la convocatoria a sufragar por 11 alcaldes y un gobernador que actuaban de manera interina. No obstante, dichos comicios fueron pospuestos para una fecha no especificada del próximo año, como si hubiesen trabajado en exceso. De no ser por el lamentable fallecimiento del gobernador de Guárico la cosa habría quedado así, pero, por lo visto, alguien que no acepta negativas solicitó elecciones inmediatas.
Fue entonces cuando convocaron para el 5-D, apegándose a la fecha sin considerar la vaguada que afecta a casi todo el país, sin que la tragedia de miles de votantes mereciera su atención.
Conviene informarles que en el municipio Arismendi del estado Nueva Esparta los electores no habrían podido acudir a las mesas salvo que los llevaran en helicópteros, pues La Asunción y sus aledaños han sufrido dos inundaciones y se encuentran intransitables.
Por lo demás, ¿por qué no le han puesto premura a las elecciones edilicias, que llevan años de retraso?
Nota: Escribo menos de 24 horas antes del 5-D sin que se haya anunciado la suspensión de las elecciones en razón de la emergencia. Augusto Hernández/UN