Libia exporta la mayor parte de su petróleo a los países de Europa, entre ellos Italia, Alemania, España y Francia, y aunque participan del negocio, las petroleras norteamericanas no tienen la hegemonía en la extracción y comercialización del crudo de ese país.
Este dato es clave para entender el golpe interno que la CIA lanzó en Libia montada en la fachada de las «revueltas árabes» contra «regimenes dictatoriales de Africa y Medio Oriente.
De la misma manera como trata de desestabilizar Irán con la misma metodología operativa de infiltración y orientación política de las «protestas populares», Washington aprovecha este escenario para lanzar un movimiento interno oreintado a derrocar a Kadafi, un aliado «inestable» que privilegia las relaciones con Europa y con los países incursos dentro del «eje del mal». MAS DETALLES