Con este post no pretendo ser grotesco o bizarro miserable, sólo mostrar cómo se “enfrentan” a la muerte los sentenciados a la pena capital.
- “Bueno, señores, están a punto de ver un Appel al horno” (George Appel,1928). Ejecutado en la silla eléctrica en Nueva York
- “Voy a verme cara a cara con Jesús ahora. . . . Os quiero mucho a todos. Os veré cuando lleguéis. . . . Allí os espero” (Karla Faye Tucker Brown, 1998). Ejecutada por inyección en Texas.
- “No me han dado mis espaguetis. Quiero que la prensa lo sepa” (Thomas J. Grasso, 1995). Ejecutado por inyección en Oklahoma.
- “¿Qué tal esto para un titular del periódico de mañana? French fries” (patatas fritas) (James French, 1966). Ejecutado en la silla eléctrica en Oklahoma.
- “Den un paso al frente, muchachos. Así será más fácil” (Erskine Childers, patriota irlandés, 1922). Ejecutado por un pelotón de fusilamiento.
- “Recuerden, la pena de muerte es un asesinato” (Robert Drew, 1994). Ejecutado por inyección en Texas.
- “Señor, le ruego que me perdone” (después de pisar al verdugo) (María Antonieta, reina de Francia, 1793). Ejecutada en la guillotina
- “Me gustaría dar las gracias a mi familia por quererme y cuidarme. Y el resto del mundo puede besarme el culo” (Johnny Frank Garrett, Sr.,1992). Ejecutado por inyección en Texas.
- “Lo único que lamento no tener más que una vida que perder por mi país” (Nathan Hale, 1776). Primer espía estadounidense, se ofreció como voluntario para espiar a los británicos y fue ahorcado.
- “Así es la vida” (Ned Kelly, bandido australiano, 1880). Ejecutado en la horca.
- “Adiós” (John Thanos, 1994). Ejecutado por inyección en Maryland.
Y las dos mejores para el final, las dos pertenecen a Thomas Moro (decapitado en 1535):
Mientras subía al cadalso pidió ayuda al verdugo para subir y ante la duda de éste le dijo:
Tranquilo que para bajar no le molestaré. MAS DETALLES
Luego, al arrodillarse le dijo:
Fíjese que mi barba ha crecido en la cárcel; es decir, ella no ha sido desobediente al rey, por lo tanto no hay por qué cortarla. Permítame que la aparte