Alberto Nolia, el inefable conductor de programas de VTV, suele tener como uno de los objetivos de sus insultos a la Fiscal General Luisa Ortega Díaz. Sin embargo, de acuerdo a una información, “no es tan fiero el león como lo pintan”
Alexander Duarte nos cuenta, en una nota, lo que sucedió en un reciente encuentro entre la Fiscal y Nolia:
Ocurrió una vez cuando la Fiscal General acudió a VTV para ser entrevistada. En aquella oportunidad estaría en Dando y Dando, programa previo a las ominosas presentaciones del señor Alberto Nolia, un otrora servidor, asistente y pupilo de Rafael Poleo. ¡Qué memoria tan corta la de muchos!
Pero en fin, allí se encontraba la Fiscal Luisa Ortega Díaz, en el salón VIP de VTV donde además está ubicada el área de maquillaje.
Mientras ella observaba el televisor y degustaba un cafecito negro, una figurita, semejante a la de un duendecito de Blanca Nieves, se movía nerviosa como buscando dejar por inadvertida su presencia y, de esta manera, ingresar a empolvarse su rojizo rostro donde las maquilladoras.
De repente, la productora de Dando y Dando le anunció a la Fiscal que debía ingresar al programa, y ¡zassss! cuando ella se paró y dio la espalda, Alberto Nolia pasó rápidamente al cuarto de maquillaje, pero Luisa Ortega logró percatarse de su presencia y preguntó: “¿ese era Nolia?”. “Sí”, encontró de inmediato por respuesta.
Alberto Nolia realmente es un personaje bastante deslenguado. Qué presuma de defender al Gobierno no quita que el camarada luzca generalmente desaforado, fuera de control y haciéndole, en el mayor de los casos, un flaco favor al Presidente Chávez, especialmente cuando no se conforma con lanzar los tiros al otro lado, sino que éstos se le salen por la culata y se dirigen hacia el mismo proceso que dice defender.
No es de extrañar que los opositores, incluso Ravell, se sientan tan agradecidos con Alberto Nolia (sin olvidar, reitero, que prestaba servicios a Poleo… y quién sabe), y es que el caballero es un experto en generar dudas, intrigas, inquinas y hasta enfrentamientos dentro del propio proceso revolucionario.En el caso que me ocupa en estas líneas, es preciso recordar que Nolia no ha dejado de atacar en sus programas a la Fiscal Luisa Ortega Díaz y, peormente aún, más que con argumentos sólidos, con insultos y expresiones que reflejan no sólo un extraño rencor sino ciertas características misóginas.
Volviendo al salón VIP de VTV, al enterarse que Nolia se encontraba allí, la Fiscal General se devolvió e ingresó a la sala de maquillaje y al ver a este señor le dijo con voz muy sosegada y una sonrisa en su rostro: “Hola Nolia, gustó en conocerte, sólo vengo a preguntarte ¿qué te pasa a ti conmigo?”.
El rostro de Nolia se enrojeció más de lo común, sus ojos se pusieron pepones y su boca abierta dejaba al descubierto que por dentro se había secado. Con esfuerzo tragó escasa saliva e intentó decir unas palabras, pero tartamudeó. Luisa le clavaba su mirada de ojos claros y mantenía su sonrisa esperando una respuesta.
Los segundos eran eternos, para él, pero ella volvió cortar el silencio y expresó “quiero invitarte a mi Despacho, nos tomamos algo y me dices qué te molesta, qué te inquieta”. Nolia comenzó a balbucear “nada, nada, doctora”, “yo no tengo nada contra usted, nada”.
Era deprimente. Allí, en ese cuarto estrecho, estaba, con su rostro empolvado, el conductor de los Papeles de Mandinga, el hablador, lengua e´pepita, casi enterrado en la silla, sin habla, mientras la maquilladora, con la brochita en su mano derecha, sosteniéndola punta arriba a la altura de su pecho y girando su rostro hacia ambos cual ventilador de pedestal, observaba incrédula la escena.
La Fiscal volvió a señalar: “dime Nolia, cuando tú quieras podemos hablar”, y éste a la vez que respondía “sí, sí, podemos hablar”, con su mano temblorosa se apuró a tomar una tarjeta que ella le entregó. Pese al aire acondicionado, una gotita de sudor se asomó en su frente y, al no lograr que el hombre dijera algo coherente, la Fiscal decidió marcharse al set del programa.
Sobraría decir qué pensó ella y qué pensará quien lea estas líneas sobre un Alberto Nolia que acostumbramos a ver con sus bravuconadas en VTV, atacando a diestra y siniestra a la Fiscal General, como lo volvió a hacer el pasado 8 de diciembre, pero luego temblando ante su presencia.Hay muchos que se sienten valientes frente a una cámara, que agreden en nombre de la libertad de expresión y acostumbran a hacerlo sin argumentos, pero a la hora de la chiquita, cuando realmente los encaran, se comportan como cucarachas. Son tigres de papel. Noticias24