Un atentado en el metro de Minsk, la capital de Bielorrusia, dejó hoy, al menos, 11 personas muertos y casi un centenar de heridos. El presidente del país, Alexandr Lukashenko, que convocó una reunión urgente del gabinete de Gobierno, no descartó que la explosión hubiera sido organizada desde el exterior y ordenó a las fuerzas de seguridad que revisen todos los arsenales con municiones, según informaron las agencias rusas. Paralelamente, nombró al jefe del Comité de Seguridad del Estado (KGB) responsable de la investigación.
«Hombres, nos han lanzado un serio desafío. Debemos dar una respuesta adecuada. ¿Quiénes son? Les pido que se apuren a la hora de responder a esta pregunta», exclamó el presidente. Lukashenko ordenó aceptar la ayuda ofrecida por el presidente ruso, Dmitri Medvédev, al tiempo que ordenó reforzar la seguridad en todo el país.
«El pánico se desató entre los viajeros», comentó un testigo, que añadió que el suceso tuvo lugar poco antes de las 18.00 hora local, cuando a la estación de Oktiábraskaya -situada cerca de la residencia del presidente, Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994- llegaban dos trenes repletos de viajeros. Esta estación es una de las más concurridas de la capital bielorrusa, ya que enlaza los edificios oficiales y las sedes de las principales empresas industriales de la ciudad con los barrios dormitorio. MAS DETALLES