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Alarma y pánico en Nueva York por nuevas muerte del asesino en serie. Van 10

13 abril, 2011

Un torso y un puñado de huesos enterrados a un lado de la playa. Una calavera solitaria a menos de dos kilómetros de distancia. No se sabe, de momento, si los restos corresponden a un solo cadáver o a dos diferentes. Este es el macabro balance de la semana en el condado de Suffolk, en la costa de Long Island (Nueva York), una zona donde en los últimos cuatro meses ya han se han recuperado otros ocho cadáveres, tres de ellos hace apenas siete días y al menos cuatro pertenecientes a prostitutas. Un reguero de cuerpos que alimenta la sospecha de la existencia de un asesino en serie en la zona que se habría cobrado nueve o diez víctimas. De momento.

Los restos humanos que la policía encontró el lunes podrían ser de la misma víctima o de dos diferentes, aún hay que esperar a los resultados de la autopsia, pero ya nadie duda de que Long Island se ha vuelto a convertir en el escenario involuntario de las operaciones de un asesino en serie que en cualquier momento podría volver a matar. Resulta inquietante pensar que en 1993 la policía arrestó en esa misma zona a Joel Rifkin, un parado que confesó haber asesinado a 17 prostitutas. Y en 1996 otro perturbado que trabajaba como cartero en el área confesó haber matado a otras cinco.

Por tanto es la tercera vez en la historia que Long Island se enfrenta al terrorismo psicológico causado por un asesino cuyas motivaciones también parecen relacionadas con la profesión de sus víctimas, aunque entre los cuerpos aparecidos también se han encontrado los restos de un niño.

Según la policía, los cadáveres de las cuatro prostitutas que aparecieron en diciembre envueltos en sacos son más recientes que los de los cuatro cuerpos que se encontraron en días recientes, a los que hay que añadir los restos encontrados esta semana. Pero sí parece acertado decir que Long Island se enfrenta a una mente que sabe perfectamente a qué está jugando, y toma precauciones para no dejar rastro. «El asesino sabe cómo utilizar la tecnología. Algunos piensan que incluso podría tratarse de un policía», declaró hace unos días un detective sin identificarse al diario The New York Times. MAS DETALLES