La autocensura impuesta por empresarios de medios de comunicación contra periodistas, demuestra la altivez contra quienes trabajan la noticia. El silencio impera en las salas de redacción de miles de fablistanes que claman por un sueldo digno y que pocos denuncian por temor a ser echados a la calle como basura.
El Colegio Nacional de Periodistas (CNP) hace poco o nada. Al parecer la política es su objetivo. Los medios impresos del Bloque de Prensa Venezolano (BPV), las emisoras de radio, televisoras, entes públicos y privados, agencias de noticias, nacionales y extranjeras, en su mayoría, explotan a los trabajadores de la comunicación.
Los empresarios de los medios de comunicación, comerciantes de la noticia, mantienen sueldos miserables a los periodistas. En nombre de la libertad de expresión ganan millardos de bolívares, negociando pautas, atacando a quien no facilite publicidad o prestándose para campañas sucias y de descrédito contra instituciones y grupos económicos.
Muchos de esos medios no dependen del tiraje del periódico o de la audiencia en radio y TV, dependen de las empresas conexas del editor con el Gobierno, grupos empresariales, alcaldías, gobernaciones, ministerios y testaferros de la corrupción. El medio es la fachada para negocios oscuros.MAS DETALLES EN LA COLUMNA LA CLAVE