El pecho le brincaba como si hubiese corrido un kilómetro entero y en plena oscuridad de la noche. Como si estuviera escapando de los policías que generalmente la acosan cuando está trabajando en las calles de Caracas.
Nicole se sintió igual, o peor… Solo que esta vez estaba atada, con esposas y capucha porque quedó detenida, tras ser vinculada en dos crímenes de sus compañeras. Con la respiración acelerada y casi sin poder hablar, logró levantar la voz y rogar para que le quitaran las esposas que la estaban maltratando.
Los policías lo hicieron, y también le quitaron la capucha, le dieron una botella de agua mineral y le dijeron que se calmara, que solo debía colaborar con la investigación. Con las manos temblorosas, se empinó el frasco de agua y suspiró, solo dijo: «Está bien».
Nicole llegó a Caracas en noviembre del año pasado. Apenas tiene 19 años. Toda su familia reside en el estado Falcón. MAS DETALLES