Ambas diputadas son dos personajes. La pirmera, vociferante, alzada como pocas; la segunda, mentirosa, ya patológica, sin dudas. Una del PSUV; otra, de la MUD.
Iris es conocida como «Fosforito»; María Corina, por sus delgadas piernas, que saltaron a la fama aquella entrevista en el despacho oval.
Ambas tienen una semana echándose cuchillo por la prensa.
Todo comenzó en la plenaria del martes 15 de junio, cuando la candidata a la presidencia (aunque lo niegue, por ahora), MCM tuvo otra vez sus minutos de gloria, pero no con los venezolanos de a pies, sino con Iris Varela.
Desde que operaron a Chávez, la antigua presidenta de Sumate, se agarró del tema constitucional y habló de vacío de poder y todas esas cosas que ella conoce, pues fue firmante del decreto Carmona.
Bueno, Iris la esperó en la «bajadita», y en plena sesión la mandó a operarse porque se le notaban las «patas de gallina».
María Corina, vapuleada, sometida al escarnio, no se quedó con ese gancho del primer asalto. Al día siguiente, lanzó un pote de humo a los medios para tapar o rebajar la pela que le dieron en la Asamblea por lo del vacío de poder.
Dijo que había denunciado violación de los derechos humanos en el seno de la comisión de Política Interior, que preside, presisamente, su nueva peor enemiga, Iris Varela, quien inmediatamente desmintió la especie, pero ya María Machado, como le gusta llamarla Cilia Flores, se había descobrado.
Eso fue el segundo asalto. La próxima semana vendrán nuevos acontecimientos entre ambas diputadas, que de verdad me tienen en ascuas.
Esa pelea me hace recordar, las suscitadas entre Varela y su compatriota Cilia Flores en el período lesgilativo pasado. Ambas se odiaban, luego hicieron las pases por la revolución (yo te aviso!)
Claro, si MCM sale ganadora ante Iris, tendrá que vérselas con Cilia, quien es callada pero amarga como pocas, sino pregunten al diputado Ismael García y al canciller Maduro RUBEN MARCANO/IO