Muchos ciudadanos, entre ellos dirigentes sindicales, educadores, periodistas, artistas y académicos se manifestaron contra la entrada de Estados Unidos en la guerra, todos ellos fueron amenazados y algunos juzgados por violar la Ley de Espionaje, a pesar de que su delito era únicamente el ejercer el derecho que la otorgaba la Primera Enmienda de la Constitución. Algunos de los que fueron arrestados sufrieron penas hasta de diez años de cárcel, donde eran sometidos a condiciones infrahumanas y frecuentes golpizas propinadas por otros presos y en ocasiones por los carceleros. Todo esto se realizaba unido a la necesaria publicidad para que otros sintieran el terror necesario como para no verse involucrado en estas situaciones.
Dentro de estas leyes pudiera citarse la Ley contra el Espionaje, vigente desde 1917, que acorde a los deseos del presidente Woodrow Wilson restringía las posibilidades de que amparado en la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos cualquier ciudadano pudiera manifestarse contra la entrada del país en la Primera Guerra Mundial, una guerra que según dicho presidente era vital para los intereses de la nación, hoy en día dirían que para la Seguridad Nacional.MAS DETALLES